25 noviembre 2007

JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO (25-11)



Esta fiesta coincide con el último domingo del Año Litúrgico. Fue instaurada por el Papa Pío Xl el 11 de marzo de 1925. Apareció en el contexto histórico y social de una Iglesia sola e inerme, frente al despertar republicano de las naciones en contra de las monarquías, que tradicionalmente eran cristianas. Con esta fiesta el Papa quiso motivar a los católicos a reconocer públicamente, mediante un acto consagratorio de la nación, hecho por el primer mandatario, a Cristo Rey. La reforma litúrgica post-conciliar movió la fecha de la Celebración dándole un nuevo sentido. Al cerrar el año litúrgico con esta fiesta, se quiso subrayar la dimensión escatológica del Reino de Dios, Cristo aparece como el centro de toda la historia universal, "el Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin". Su poder no se identifica con el poder político, sino que rebasa todo elemento circunstancial, para centrarse en lo íntimo del hombre, en su concepción de la vida: Cristo reina en la sociedad no a través de los poderes gubernamentales, sino impregnando la mentalidad del hombre de su mensaje de amor, justicia y servicio. El Prefacio propio de la fiesta, nos presenta en síntesis el motivo de la celebración: "Porque consagraste Sacerdote y Rey del Universo a tu único Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, ungiéndolo con óleo de alegría, para que ofreciéndose a Sí mismo como víctima perfecta y pacificadora en el alta de la Cruz, consumara el Misterio de la Redención humana, sometiendo a su poder la creación entera, entregara a su Majestad infinita un Reino eterno y universal: el Reino de la Verdad y la Vida, de la Santidad y la Gracia, de la Justicia, el Amor y la Paz".

1 comentario:

Anónimo dijo...
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Peregrinando juntos...